Somos el cuerpo de Cristo, y Él mismo nos ha dado poder y autoridad para llevar acabo todo lo encomendado, Comprendiendo que la Iglesia no son las paredes sino el pueblo redimido por Él.
Somos el cuerpo de Cristo, y Él mismo nos ha dado poder y autoridad para llevar acabo todo lo encomendado, Comprendiendo que la Iglesia no son las paredes sino el pueblo redimido por Él.